La guerra contra el tabaquismo no tiene fin. Parece que la eterna lucha entre mantener un hábito que, de sobra es sabido, daña nuestra salud de incontables maneras y erradicarlo por completo, no pueda ser posible. Quizá la solución sería tan simple como no comercializarlo ni, por supuesto, plantarlo. Si tan malo es y no es necesario, ¿por qué malgastamos tiempo y dinero en mantener esas plantaciones? La respuesta es más que obvia: dinero. El dinero mueve el mundo y las cosas que dañan nuestra salud, más todavía.
En cualquier caso, con independencia de que el tabaco no sea erradicado, a título personal, siempre se puede hacer algo al respecto. Por ejemplo, dejar de fumar o no hacerlo nunca. Si fuera tan fácil, no tendríamos problemas ¿verdad? Lo cierto es que fumar puede ser más que un mal hábito una adicción muy perjudicial. Razón de más para adentrarnos en los daños que causa a nuestro organismo. Precisamente eso vamos a hacer en este artículo, desgranar los efectos nocivos del tabaco, en este particular, para nuestra salud bucodental.
Aunque todos sabemos más o menos lo que provoca el tabaquismo, tanto para los fumadores en toda regla, como para los pasivos, nunca está de más, contar con asesoramiento profesional. Los datos afirman que fumar, multiplica por tres las posibilidades de que se produzca un cáncer en la zona oral. Estas cifras no son nada desdeñables, por lo que resulta de gran importancia conocer en qué medida, nos afecta el tabaquismo. Podemos incluir el vapeo o los cigarrillos electrónicos, puesto que igualmente, dañan el organismo. Tanto fumar como vapear, puede dañar sobremanera cualquier parte de nuestro cuerpo, siendo algunas zonas, más sensibles a esas enfermedades que ocasiona el tabaco.
Hasta qué punto daña el tabaquismo
En esta ocasión, hemos acudido a los profesionales de la odontología de Sánchez Arranz Clínica Dental, donde lo primero que nos han comentado es que cada año se detectan entre trescientos y setecientos mil casos de cáncer a nivel mundial, siendo en España siete mil los afectados por esta patología, diagnosticados de forma anual.
Aunque tenemos más que claro que los pulmones son los grandes afectados, la boca también sufre las consecuencias del tabaquismo. De hecho, es uno de los mayores factores de riesgo de padecer enfermedad en las encías. Los signos más comunes a consecuencia del tabaquismo, incluyen la retracción de las encías, el mal aliento crónico, las caries dentales avanzadas y los dientes manchados o flojos.
Consumir tabaco o vapear, puede conllevar, no obstante, problemas de mayor gravedad como el cáncer oral, la gingivitis o enfermedades cardiacas. Otros riesgos que derivan del tabaquismo son las ojeras, la alteración del olfato, presentar mayor riesgo de sufrir leucoplasia (manchas blancas en la boca), o cicatrización más lenta tras pasar por una extracción dental o cualquier otro tipo de cirugía oral.
Es posible que muchos piensen que no existe una relación directa entre fumar y la aparición de caries. Sin embargo, los fumadores tienen más posibilidades de que en su dentadura, se desarrollen caries. Esto se debe a que se produce un mayor número de bacterias que contribuyen a que se genere acumulación de placa. Estas bacterias de la placa y el sarro, se acumulan en los dientes y producen el ácido que, hace que se produzca el desgaste del esmalte que lleva a la caries.
Si nos vamos a las encías, la nicotina presente en el tabaco, aumenta el riesgo de sufrir daños en el tejido de las encías, retracción de las mismas y, por consiguiente, enfermedad de las encías. Esta parte de la boca, se ve afectada debido a que el tabaquismo, conlleva una falta de oxigenación en la sangre, lo que implica que se produzca dificultad en la cicatrización de una encía infectada. Al mismo tiempo, fumar hace que se debilite el sistema inmune, por lo que el organismo tiene que trabajar el doble para luchar con las infecciones.
Al afectar al tejido que conforma las encías, la boca se vuelve más vulnerable a las infecciones. A la vez que reduce la densidad mineral ósea y disminuye la absorción del calcio, lo que puede generar pérdida ósea a nivel mandibular y dental, haciendo que el tejido dañado tarde más en repararse, como sucede con las encías.
Con todo esto, podemos decir que todos los productos relacionados con el tabaco o el vapeo, incluyendo el tabaco sin humo, dado que contienen nicotina, sustancia altamente aditiva, ocasionan problemas de salud bucal de todo tipo. Por lo que son muchos los riesgos asociados al tabaquismo, así que hay que pensarlo bien antes de encender un cigarrillo o pulsar el vape, ya que estamos exponiendo a nuestra boca a todo tipo de enfermedades y consecuencias que van, desde las estéticas a las de mayor gravedad.
Lo que el tabaco hace a nuestra boca
Centrándonos un poco más en cómo afecta el tabaquismo a la salud oral, empezaremos por recordar la composición del humo del tabaco: contiene más de cuatro mil compuestos diferentes entre los cuales, encontramos nicotina, alcaloides, carcinógenos, monóxido de carbono y todo tipo de sustancias tóxicas e irritantes.
Cuando un profesional de la salud, examina la boca de una persona fumadora, es posible que encuentre diferentes patologías relacionadas directamente con el hábito del tabaquismo. Sobra decir que el humo del tabaco, entra y sale a través de la boca, por lo que hace que sea una de las zonas del cuerpo principalmente afectad por los efectos dañinos del tabaco.
Como decimos, al examinar la boca, un dentista puede encontrarse con diversas patologías o problemas, relacionados de forma directa con el tabaco. Empezaremos a citar los mismos, de menos graves a más invasivos
Por ejemplo, a nivel estético, es muy fácil y frecuente determinar que una persona es fumadora. Los dientes tienden a oscurecerse y presentar manchas que pueden variar en tonalidad, desde los grises y marrones hasta el negro. La nicotina y el alquitrán presentes en el tabaco, son capaces de penetrar en la dentina (parte del diente bajo el esmalte), provocando que estas manchas, además de ser superficiales, se produzcan a nivel interno, lo que hace que su eliminación sea más difícil. Al mismo tiempo, las encías, palidecen dejando espacios oscuros entre los dientes, lo que genera un efecto envejecido de la sonrisa.
No solo se ve afectada la cuestión estética, a nivel funcional, se produce una disminución de la saliva, lo que hace que neutralizar la placa se dificulte, por lo que su presencia se hace más presente en las piezas dentales.
Esto nos lleva directamente al aumento de la caries. Es posible que se produzca un aumento de la caries en la zona de las raíces de las piezas dentales. Al producirse la retracción de las encías, la raíz, queda expuesta y, por lo tanto, se puede afectar con mayor frecuencia.
Los citados cambios en las encías, producen una mayor proliferación de bacterias que, desarrollan enfermedades de carácter infeccioso en la cavidad oral. Esto implica una bajada de las defensas y que aumente la probabilidad de sufrir una infección periodontal.
Por lo que es fácil comprender que las encías son muy perjudicadas por el tabaco. La enfermedad periodontal se enmascara notablemente en las personas que fuman, puesto que no se produce sangrado ni inflamación de las encías, como suele ser habitual. Además de que este tipo de pacientes, responden peor a los tratamientos periodontales a consecuencia de la falta de sangre y oxigenación de las encías. Factor que afecta a la sujeción de los dientes.
Sin olvidar la posibilidad de padecer un cáncer oral con todas sus consecuencias. Este tipo de cáncer, aunque suele tener un buen pronóstico con el tratamiento adecuado, puede hacer que el paciente pierda parte de la boca, incluyendo piezas dentales e incluso lengua. No se trata de ninguna broma, la salud general se pone en riesgo, aunque una de las grandes afectadas es la boca. Aspecto que no tenemos en cuenta en la mayoría de ocasiones.
Como no puede ser de otra manera, la recomendación principal por parte de los especialistas, es dejar de fumar. Tomar conciencia de que el tabaco es un enemigo silencioso, con la capacidad de afectar en primera instancia, la salud bucodental, es fundamental. Aunque de sobra es sabido que dejar esta adicción o hábito, puede resultar una ardua tarea, los beneficios a todos los niveles de hacerlo, son casi instantáneos.
En cualquier caso, mientras llega el momento de apagar el cigarrillo de una vez por todas y de forma definitiva, la recomendación de los profesionales es rotunda: mantener una higiene bucal más exhaustiva que los que no fuman. De esta manera se minimizan sus efectos en la medida de lo posible. Cepillar los dientes tres veces al día, recurrir a los colutorios que mejoren y refuercen la salud de las encías y acudir al dentista con mayor regularidad, son medidas preventivas que ayudan a mantener una buena salud bucodental, a pesar del tabaco.
Sea como sea, seguir los consejos y tratamientos de higiene que paute el especialista, pasar las revisiones correspondientes y asegurarse del estado real en el que se encuentran las encías, es la mejor manera de tomar las medidas necesarias para asegurar una buena salud bucodental.