Pensar en el psiquiatra, nos invita a pensar en la “locura”, enfermedades mentales, trastornos psicológicos o estados emocionales complejos. Hablar de forense, nos recuerda a esos fascinantes personajes de las películas, libros o series, que definen la muerte de una persona en base a sus conocimientos del cuerpo humano y las pruebas que el mismo presente. Ambas disciplinas, cuentan con una reputación excelente en sus campos y, son esenciales, adecuadamente combinadas, para muchos tipos de procesos judiciales, hablamos de la psiquiatría forense.
A la mayoría este término les resultará familiar, por haberlo escuchado infinidad de veces en contextos más que concretos. Sin embargo, lo más probable es que no se tenga muy claro en que consiste este profesional que, lejos de abrir el cuerpo de un cadáver en canal para determinar los factores que rodean a su defenestración, lo que hacen es abrir en canal la mente. En este caso particular, de las personas que son consideradas como peligrosas por y para la sociedad.
Desde hace ya unas décadas, es muy habitual encontrarse la figura del psiquiatra forense dentro de la actividad pericial y forense en ámbitos jurisdiccionales, tanto penal, como civil, laboral o contencioso. Este tipo de actividad, se dirige a todo tipo de víctimas, damnificados, procesados, imputados e incluso abogados, entre otros. Para adentrarnos en esta interesante materia, hemos contado con la colaboración del Dr. José A. Hernández Hernández, psiquiatra y psicoterapeuta, experto en psiquiatría forense entre otras áreas. El psiquiatra forense, realiza una labor esencial aunque poco comprendida dentro de ámbito legal. Para hacerlo, debe fusionar sus amplios conocimientos sobre psiquiatría con los relativos al sistema judicial.
La mejor manera de entender en que consiste esta disciplina psiquiátrica es definirla: se trata por lo tanto, de esa rama de la psiquiatría que pone el foco en la interacción existente entre layes y salud mental.
El papel esencial de la psiquiatría forense dentro del sistema judicial
Como puede resultar lógico, aunque a veces incomprensible, el objetivo de esta rama de la psiquiatría, no es otro que el de realizar la evaluación, diagnóstico y asesoramiento sobre las cuestiones que se relacionan con la salud mental, dentro de un contexto legal. Los psiquiatras forenses, trabajan de forma estrecha y colaborativa con abogados, jueces y todo tipo de profesionales que componen el sistema judicial, con el objetivo de ofrecer una evaluación profesional en los casos que se ven involucrados con la salud mental.
En otras palabras, un psiquiatra, forense es el profesional que puede generarse más enemigos, puesto que es la persona cualificada para determinar que un criminal, actúa de forma irracional, por citar un ejemplo. Sin embargo, la psiquiatría forense, va mucho más allá, como veremos a lo largo de este artículo.
Puesto que se trata de una especialidad dentro de la psiquiatría en general, el psiquiatra forense debe poseer amplios conocimientos sobre salud mental, trastornos, tratamientos, etc. antes de llegar a ser capaz de ejercer como psiquiatra forense. Este profesional de la medicina, se ocupa de aclarar aquellos casos en los cuales una persona se supone en un estado de salud mental concreto y alejado del normal, ya que este estado, requiere una consideración especial ante la ley y la justicia.
La misión fundamental, es informar y asesorar a los tribunales en todo lo referente a la enfermedad psíquica y mental, así como la influencia que esa enfermedad puede ejercer en cualquier proceso de los que se llevan a cabo en los diferentes ámbitos jurisdiccionales existentes. La manera de transmitir la información preferente y necesaria, es mediante el peritaje psiquiátrico o informe psiquiátrico forense.
Dentro del ámbito penal, es frecuente servirse de un peritaje forense, para determinar la imputabilidad. Para que lo entendamos, saber con certeza que, ante la comisión de un delito, la persona conoce la ilicitud de su conducta y es libre para actuar en uno u otro sentido.
Por otro lado, en el ámbito civil, los psiquiatras forenses, actúan dilucidando la capacidad que posee una persona para obrar y determinando si padece una enfermedad que le impide el autocontrol.
En el ámbito del derecho social o laboral, también es muy frecuente contar con los servicios de un psiquiatra forense. Dada la situación, el profesional, debe informar de una incapacidad permanente, absoluta o total de la persona que solicita una incapacidad.
Por último, encontramos el ámbito contencioso administrativo, donde un psiquiatra forense puede intervenir para informar sobre la existencia de daños psíquicos que sean consecuencia de un error médico, o la mala praxis en los servicios de salud. Así mismo debe determinar si dichas secuelas conllevan a un daño que la persona no puede soportar.
Dentro de los servicios que ofrecen los psiquiatras forenses, se encuentra la elaboración de peritajes e informes psiquiátricos en homicidios, asesinatos, lesiones, violaciones y abuso sexual, lesiones psíquicas por accidente, nulidades de testamento, incapacitaciones, incapacidad laboral o internamiento voluntario en un centro de salud mental.
El objetivo de este tipo de informes puede ser desde evitar el ingreso en la cárcel o conseguir una enmienda, hasta obtener indemnizaciones y responsabilidad civil, pasando por la valoración de secuelas en la victima o enfermedad mental en el agresor, alteraciones mentales para impugnar testamentos, criterios médicos para incapacitar a una persona, etc.
Actuación del psiquiatra forense
Ya hemos comentado que esta disciplina se aplica en diversas áreas legales, como la evaluación de la capacidad mental para enfrentarse a un juicio, determinar la responsabilidad penal o determinar la custodia en disputas familiares relacionadas con la salud.
Llegado el caso, para realizar una evaluación psiquiátrica forense, se llevan a cabo entrevistas exhaustivas, revisiones de expedientes médicos, pruebas psicológicas y, según el caso, evaluaciones de laboratorio e incluso, neuroimagen. Estos profesionales deben ejecutar procedimientos muy rigurosos y valerse de métodos científicos que permitan proporcionar una evaluación objetiva, imparcial y bien documentada.
La información que se busca durante una evaluación de esta categoría, pretende determinar la presencia de algún tipo de trastorno mental, la relación entre la condición mental y la conducta de la persona en cuestión y su capacidad para comprender las consecuencias de sus acciones y participar de forma efectiva en un procedimiento legal.
El impacto de una evaluación psiquiátrica forense puede tener un impacto verdaderamente significativo en una decisión legal. Mediante el mismo, se proporciona información de gran relevancia para que, tanto jueces como abogados, comprendan el estado mental de las personas involucradas en el procedimiento. Esto puede influir en gran medida sobre los veredictos sobre la capacidad para enfrentarse a un juicio, la culpabilidad penal y determinar las penas o medidas correctivas correspondientes.
Evidentemente, la psiquiatría forense debe ser imparcial y objetiva, alejada de la implicación personal. Se trata de unos principios fundamentales dentro de la práctica de esta disciplina. Sus evaluaciones, deben estar basadas en la evidencia científica y ser sólidas, al tiempo que se sigue una serie de estándares éticos para garantizar esa necesaria imparcialidad. Todo esto, con total independencia del lado que represente dentro de un procedimiento legal. Es decir, tanto si está en el lado de la ley como si se trata del lado delictivo.
Podemos decir que, la psiquiatría forense, desempeña un papel fundamental dentro del ámbito judicial. Integra los conocimientos psiquiátricos dentro del sistema judicial, lo que ofrece una compresión más profunda sobre la salud mental en un contexto legal. Con lo que se puede determinar si la persona actúa por propia voluntad, o llevada por algún tipo de padecimiento mental, a la hora re cometer un acto delictivo. Se supone que el objetivo principal es proporcionar esas citadas evaluaciones imparciales y bien sentadas, para mejorar la equidad y justicia adecuadas dentro de los diferentes procesos judiciales.
Queda más que clara la importancia que poseen este tipo de profesionales dentro del ámbito legal y judicial. Lo que no implica que surjan dudas morales y éticas al respecto de las personas ajenas a este mundo. Como hemos podido comprobar en alguna ocasión, algunos delincuentes se amparan en la psiquiatría forense para eludir sus responsabilidades penales. Podemos citar un ejemplo concreto recordando la conocida película “Alguien voló sobre el nido del cuco”. En la cinta, el protagonista es un delincuente que haciendo gala de su inteligencia hacer creer a jueces y psiquiatras que está loco. Por lo que su condena no va a ser en la cárcel, sino en una institución mental. Cabe decir que la jugada no le sale tan bien como esperaba, pues termina por convertirse en uno de los pacientes peor tratados y con peores consecuencias de todo el film.
A pesar de que existen casos reales similares, en los que los delincuentes han sido declarados inestables mentalmente y han evitado la cárcel, la psiquiatría forense es indispensable. Sin ella, muchos delincuentes habrían pasado por locos a la primera de cambio y quedado exentos de la responsabilidad. Por suerte se trata de unos grandes profesionales que no se dejan engañar tan fácilmente, aunque en alguna ocasión, hayan tratado con personajes de gran inteligencia y astucia, capaces de burlar o simular cualquier trastorno.
Estos casos son más bien anecdóticos, pues en la práctica, la psiquiatría forense va más allá y no solo se ocupa de crímenes, como ya hemos podido comprobar.