Los mejores remedios naturales para lidiar con la ansiedad.

La ansiedad es algo que he conocido muy de cerca, y como muchas otras personas, yo también he vivido momentos de nerviosismo intenso, preocupaciones constantes e incluso insomnio.

Si estás leyendo esto, probablemente también lo hayas experimentado.

Hoy quiero transmitirte un mensaje de calma y compartirte lo que he aprendido a lo largo del camino: los mejores remedios naturales y cotidianos para lidiar con la ansiedad. Te animo a que me acompañes, y descubrirás a lo largo del artículo como ciertos remedios me han ayudado a encontrar calma en medio del caos, además de guiarme para reconectar con mi bienestar de una forma sencilla y natural.

¿Qué es la ansiedad y por qué buscar remedios naturales?

Empecemos por el principio para poder comprender todo mejor.

La ansiedad es una respuesta normal del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro. Analizándola desde un punto de vista natural, la ansiedad no supone algo malo en sí mismo: nos ayuda a saber cómo actuar ante un peligro, y en ciertas ocasiones nos vuelve capaces de afrontar situaciones en las que debemos actuar con rapidez.

Sin embargo, cuando se convierte en un problema constante o abrumador, tiene el poder de interferir de forma muy negativa en nuestro día a día. Y a pesar de que existen tratamientos médicos realmente buenos, lo cierto es que los remedios naturales pueden ser una alternativa mejor, sobre todo si buscamos un enfoque más natural y no tan “químico”.

De hecho, los recomiendo, ya que, en mi caso, estos remedios me han dado herramientas para afrontar la ansiedad en mi día a día. Antes de mencionarlos, he de aclarar que no son una «cura milagrosa», pero sí que pueden llegar a ser pequeños aliados que suman mucho cuando se aplican de forma constante.

Remedios naturales que te ayudarán.

A continuación, voy a enumerar unos cuantos remedios que, como he dicho antes, me han ayudado bastante a alejar y calmar la ansiedad de forma natural:

  • Infusiones relajantes.

Parece típico que recomiende una infusión para calmar los nervios, pero de verdad que funcionan (sobre todo algunas, en concreto). De hecho, yo siempre he sido amante del té, pero cuando descubrí las infusiones relajantes, mi rutina cambió por completo. Como te digo, existen una serie de hierbas con propiedades calmantes que realmente ayudan a calmar la mente y el cuerpo, como las siguientes:

  • Manzanilla: Muy recomendada para tomar momentos antes de dormir, que es cuando la mente suele “atacarnos” en épocas de ansiedad.
  • Valeriana: Una hierba conocida por sus propiedades ansiolíticas. La valeriana es más potente, así que suelo tomarla en momentos de mayor ansiedad.
  • Lavanda: Su olor y sabor son como un abrazo calentito; es perfecta para aliviar tensiones.

¿Lo mejor? Que preparar una taza de té supone algo más que beber una infusión: se convierte en un pequeño ritual que me obliga a pausar y respirar, algo que en sí mismo ya es terapéutico.

  • La respiración consciente.

Algo tan simple como respirar puede hacer una diferencia enorme ¡Créeme!

Durante mucho tiempo no fui consciente de mi respiración, pero cuando aprendí a controlarla, descubrí una herramienta poderosa para reducir la ansiedad.

Un ejercicio que utilizo es la técnica 4-7-8:

  1. Inhalo profundamente por la nariz durante 4 segundos.
  2. Mantengo la respiración durante 7 segundos.
  3. Exhalo lentamente por la boca durante 8 segundos.

Cuando practico esto, siento que mi ritmo cardíaco se estabiliza y mi mente se aquieta. Solo toma un par de minutos, pero el efecto es inmediato.

  • Paseos en la naturaleza.

Cuando la ansiedad aprieta, salir a caminar es mi salvación; hay algo increíblemente sanador en estar al aire libre, sentir el aire fresco y conectar con la naturaleza. Además, son muchos los estudios que han demostrado que los paseos en espacios verdes y naturales pueden reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés).

De esta forma, a veces, un simple paseo por un parque cercano puede aliviar tu ansiedad.

  • Aceite de CBD.

Tras oír los beneficios que relataban los expertos de Naturamma, empecé a sentir cada vez más curiosidad por el aceite de CBD, y cuando lo probé, entendí muchas cosas: este extracto de la planta de cannabis, que no tiene efectos psicoactivos, se ha vuelto muy popular por su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad y especialmente  quiero comprar esta crema corporal con CBD, que me hace sentir mucho mejor.

El CBD actúa sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo, que regula funciones como el sueño, el estado de ánimo y la respuesta al estrés. En mi experiencia, unas gotas debajo de la lengua antes de dormir o en momentos de ansiedad intensa han sido muy útiles para calmar la mente y relajar el cuerpo.

Si decides probarlo, es importante elegir un producto de buena calidad y empezar con dosis bajas para observar cómo responde tu cuerpo.

  • Buena alimentación para calmar la mente.

Me di cuenta de que lo que como también influye en cómo me siento emocionalmente. Algunos alimentos son particularmente buenos para la ansiedad porque ayudan a regular los neurotransmisores relacionados con el estrés, como, por ejemplo:

  • Alimentos ricos en magnesio, como las espinacas y los frutos secos, ya que ayudan a relajar el sistema nervioso.
  • Omega-3, presente en el salmón, las nueces y las semillas de chía, porque mejora la salud cerebral y emocional.
  • Chocolate negro (¡mi favorito!), siempre que sea de alta pureza, puede reducir los niveles de cortisol.

Como dato extra, te diré que por lo general intento mantener una dieta equilibrada y variada, pero cuando siento ansiedad, procuro incluir más de estos alimentos y noto la diferencia.

  • Yoga, equilibrio entre cuerpo y mente.

Nunca fui muy flexible ni me consideré una persona totalmente «zen», pero decidí darle una oportunidad al yoga y si quieres saber la verdad ¡No me arrepiento de nada! De hecho, me encanta, combina movimiento con respiración y atención plena, tres elementos imprescindibles de los que todos debemos disponer para aprender a reducir la ansiedad.

No necesitas ser un experto para empezar. Hay posturas simples, como el niño o el perro boca abajo, que ya son suficientes para notar la diferencia; lo importante es hacerlo sin presión, dejando que cada sesión sea un momento para reconectar contigo mismo.

  • Aromaterapia.

Otro de mis grandes descubrimientos fue la aromaterapia, y me sorprendió lo mucho que ciertos aromas pueden influir en mi estado de ánimo.

Mi lista de aceites favoritos para la ansiedad es:

  • Lavanda: Ya que su efecto relajante es casi instantáneo.
  • Incienso: Me ayuda a centrarme y encontrar paz interior.
  • Bergamota: Muy adecuado para esos días en los que me siento desbordada.

A veces uso un difusor; otras, simplemente pongo unas gotas en mis muñecas o en un pañuelo.

¡Es un gesto pequeño pero el alivio que proporciona es enorme!

  • Escritura como terapia.

Escribir siempre ha sido mi forma de ordenar pensamientos: cuando estoy muy ansiosa, cojo un cuaderno y anoto todo lo que me pasa por la cabeza. A menudo hago listas de cosas que me preocupan y las confronto con posibles soluciones.

Otra técnica que uso es escribir tres cosas por las que estoy agradecida cada día. Este simple ejercicio me ayuda a enfocarme en lo positivo y a recordar que, incluso en los días difíciles, siempre hay algo bueno.

  • Rutinas saludables para un mejor descanso.

El insomnio solía ser uno de mis mayores problemas. Descubrí que una buena rutina nocturna es el ingrediente perfecto para calmar la mente y dormir mejor. Algunas cosas que hago son:

  • Apagar pantallas al menos una hora antes de acostarme.
  • Leer un libro relajante en lugar de mirar el móvil.
  • Crear un ambiente agradable con luz flojita y, a veces, con velas aromáticas.
  • Socializar.

Hablar con alguien de confianza es uno de los mejores remedios que existen ¡Créeme! A veces solo tengo que desahogarme con un amigo cercano para sentirme más ligera, y si la ansiedad se vuelve más intensa, no dudo en buscar ayuda profesional; no hay nada de malo en hacerlo.

Además, compartir tiempo con amigos y familiares me recuerda que no estoy sola. Al fin y al cabo, somos seres sociales, y la conexión humana es uno de los pilares de nuestra felicidad.

  • La importancia de aceptar y fluir.

Por último, algo que he aprendido es a aceptar la ansiedad en lugar de luchar contra ella. En lugar de decirme «no debería sentirme así», me digo: «Está bien sentirme así; es una emoción pasajera», y este cambio de perspectiva me ayuda mucho a reducir la ansiedad.

Un recordatorio final.

Quiero que sepas que no estás solo en esto. La ansiedad es una experiencia humana, pero también hay formas naturales de manejarla y vivir con más calma. Los remedios que he compartido son fruto de mi experiencia personal, pero cada persona es diferente; yo te animo a probarlos y a descubrir cuáles funcionan mejor para ti.

Espero que este artículo te inspire a dar pequeños pasos hacia tu bienestar. Y si alguna vez sientes que necesitas más apoyo, recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza.

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