Sufrir de hemorroides es bastante habitual en la población. No es que existan estudios que sean concluyentes, ya que es un dolor que en muchas ocasiones no se va a consultar, aunque es interesante saber que más de la mitad de la población en su vida va a consultar los síntomas que se atribuyen a ellas.
¿Por qué suelen ser tan comunes?
Lo cierto es que esto ocurre porque hay una serie de factores que pueden predisponer a que se desarrollen las hemorroides:
- Estreñimiento
- Esfuerzos al defecar intensos y crónicos
- Permanecer sentado por un tiempo prolongado o hacer trabajos en los que se tenga que estar bastante tiempo sentado
- Diarreas frecuentes
- Condiciones que aumenten las presiones intraabdominal caso de la ascitis, embarazo y lesiones de carácter pélvico
- Historia familiar de enfermedades hemorroidales
¿La edad es relevante a la hora de sufrir hemorroides?
Los años de vida no son un factor que se pueda considerar como algo determinante. Es posible que aparezcan hasta en épocas de la infancia y adolescencia, pese a que suelen ser más frecuentes que se produzcan en la edad adulta, de los cuarenta en adelante, algo que coincidirá con el aumento de peso, vida sedentaria o en las mujeres después de que se produzcan los embarazos.
¿Qué son las hemorroides?
Son unas estructuras de carácter fibroso que lo que hacen es almohadillar el canal del ano y que tienen conexiones de venas y arterias. Debes saber que aumentan cuando se producen las crisis. El tratamiento médico suele estar compuesto por pomadas de aplicación local, con dietas de gran riqueza en fibra, así como cambios de costumbres al defecar o de carácter higiénico, mejorando la patología en un tanto por ciento importante. El caso es que no siempre va a ser así, y bastantes pacientes van a buscar otra serie de opciones como la cirugía.
¿Es posible operarlas?
Sí que es posible, cuando no se producen mejoras con los tratamientos médicos. Se puede realizar la operación de las que sean de grado III y IV, esas que sobresalen cuando se defecan, pero que es posible introducirlas de forma manual y también con aquellas que son irreductibles y que se encuentran siempre prolapsadas. El caso es que hay diversas técnicas que se pueden hacer en consulta y que en algunos casos permiten evitar la visita al quirófano.
Los tratamientos intermedios antes de la operación van a consistir en la inyección de sustancias recomendadas, así como colocar una ligadura en la propia base de las hemorroides y administrar infrarrojos para fijar el tejido de las hemorroides y evitar su protusión hacia fuera. Existen más soluciones de este tipo que se hacen en el quirófano. Si hablamos de la hemorroidectomía, estamos ante la escisión de una o más hemorroides, la cual se puede hacer con otras técnicas.
Algo que es fundamental es tener claro que con la operación va a mejorar el problema, pero el mismo no acaba, ya que los cuidados se deben mantener.
Conviene no olvidar que las hemorroides no dejan de ser venas. Esto puede hacer que crezcan las que son pequeñas y que no se hayan tratado o que aparezcan otras que sean nuevas, hasta que incluso terminen volviendo a prolapsar o sangrar. Cada caso es particular y los especialistas médicos son los que pueden dar una solución dependiendo de cada caso.
Consejos postoperatorios
Después de que se haga una intervención de carácter ambulatorio de hemorroides, como nos dicen desde su experiencia en el Centro Quirúrgico Calero y Manzano, hay que tener algunos cuidados al respecto. Por lo general, el dolor local que puede ser tratado mediante un analgésico, dependiendo de la indicación a nivel médico que aparezca en el informe del alta médica.
Es habitual que se vaya a manchar el apósito o que pueda presentar un sangrado pequeño mediante la herida de la operación en los primeros días u horas después de la intervención, donde se tiene que consultar siempre que haya un sangrado realmente importante.
Por lo general, la zona operada suele estar inflamada en los días de después de la operación, de tal forma que se tiene que controlar si hay una inflamación de manera significativa, así como la existencia de fiebre. Se tiene que evitar en la medida de lo posible el estreñimiento, por lo que lo mejor es que sea una dieta que sea rica en fibra, donde haya una ingesta grande de verduras y frutas, así como líquidos abundantes. Al final debes quedarte con que hablamos de una patología bastante común que en bastantes pacientes se soluciona, cambiando algunos hábitos de vida y comiendo más sano. Solo en los casos más graves será necesario tener que acudir al quirófano.