Siempre recuerdo una frase que me decía mi tío Carmelo, que por cierto no era de los más trabajadores del mundo. “Fíjate si será malo el trabajar que hasta nos pagan”. Y oye, no le faltaba cierta razón. Y es que ya lo cantaba el mítico Luis Aguilé, “es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar”. Toda la razón querido chatungo. Y es que al final, el trabajar es una circunstancia de la vida que nos hace depender de ello. Pero como esto no es el paraíso, donde Adán y Eva hacían lo que querían sin trabajar, hasta que llegó la famosa manzana, pues tenemos que ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente.
La verdad es que la persona que trabaja en algo que le gusta tiene un tesoro. El poder llegar a tu puesto de trabajo y comprobar que las horas van pasando sin ser un sufrimiento es todo un premio. Lo mejor que te puede pasar en esta vida. Sin embargo, otros tenemos que padecer el click clack de las manecillas del reloj que pasan muy lentas. Y si encima te toca hacerlo en una oficina rodeado de compañeros, el suplicio puede ser mayor. Y de eso quería yo hablaros en este artículo, del malo rollo que se puede producir en una oficina si no hay sintonía entre los compañeros y los jefes.
Os voy a contar la historia de mi oficina y cómo pudimos mejorar el ambiente de trabajo porque hasta entonces eso era una auténtica guerra. Era la típica oficina en la que todos los empleados estábamos estresados y desmotivados. Y estos son dos puntos que son muy importantes en un trabajo. Como era lógico, el ambiente de trabajo era tenso y las interacciones entre compañeros eran escasas. Se podría decir que el ambiente se podía cortar con un cuchillo. Siempre estábamos desconfiando del compañero y con ganas de que se llegara la hora de salida. Por supuesto, cuando hay un ambiente así, la productividad de la empresa se ve afectada por esta situación, ya que los empleados no están cómodos y no se sientes felices en sus puestos de trabajo.
El momento de la verdad
Pues bien, un buen día el jefe de la oficina, después de ser advertido de la situación, decidió tomar cartas en el asunto y buscar una solución para mejorar el ambiente que teníamos en el trabajo. Se reunió con todos nosotros y les propusimos poner en marcha una serie de cambios que ayudarían a crear un ambiente más positivo y colaborativo. O eso al menos es lo que esperábamos.
Lo primero que hicimos fue establecer un horario flexible que nos permitió a los empleados trabajar desde casa un par de días a la semana. Y es que creo que fue lo mejor que pudimos hacer. Esto les dio la oportunidad de tener un mejor equilibrio entre nuestra vida laboral y personal, lo que nos ayudó a reducir el estrés y poder tener un mejor rollo en la oficina. Por supuesto, nuestra empresa nos puso un registro laboral para controlarnos, que no nos importó. Se puso en marcha con el programa Kairos Hr, que es una plataforma donde se gestiona la jornada laboral de los empleados de manera fácil y sencilla. Pero además se pueden hacer otras cosas que vienen muy bien a la empresa como gestionar los gastos de tu empresa y de tus empleados. La verdad es que fue un acierto porque a partir de ese momento todo fluyó mejor.
Y luego llegó el momento del buen rollo. Se organizaron actividades de team building, que es algo que ahora está muy de moda. Son almuerzos o cenas compartidas, salidas al aire libre o juegos en la oficina. Estas actividades la verdad es que nos permitió que los empleados nos conociéramos mejor, y es que creo que entre juegos y con dos cervezas, todo es mejor. ¿No crees
Comunicación
Por último, pusimos en marcha medidas para promover la comunicación y la transparencia en la empresa. Y es que son dos aspectos que también brillaban por su ausencia en meses pasados. Así, se establecieron reuniones semanales en las que todos los empleados podíamos hablar de nuestras ideas, quejas, preocupaciones o sugerencias. Y la verdad es que puede ser una chorrada, pero nos vino muy bien para abrirnos, para tener confianza y pensar que todo podía ir a mejor.
No tengo dudas de que gracias a todos estos cambios, el ambiente de trabajo en la oficina mejoró mucho. Los empleados se ya estábamos más motivados, con ganas de trabajar. Eso sí, seguimos pensando que esto de trabajar es una lata.