Alternativas a la lavadora que debes conocer este año.

Todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida una lavadora en casa (ya sea en casa de nuestros padres, de nuestros abuelos, en nuestra propia casa o en una de alquiler), y todos hemos experimentado en primer plano las ventajas y los inconvenientes que supone su uso.

Lo cierto, es que tener una lavadora en casa está igual de bien que tener una impresora; si la usas mucho, puede que acabes amortizando ese dinero que invertiste al comprarla, pero debes saber que el día que se estropee gastarás mucho dinero en reparaciones y en piezas nuevas ¡tanto como si la fueras a comprar de nuevo, o más! Y quizá en ese punto, te des cuenta de que disfrutar de la comodidad de lavar la ropa en casa (o de imprimir documentos en tu hogar, continuando con el ejemplo de las impresoras) no rentaba tanto como te pensabas.

Existen, de hecho, situaciones en las que el hecho de comprar una lavadora está completamente injustificado, como por ejemplo en el caso de vivir tú solo en un piso. Piénsalo: por lo general, uno no ensucia tanta ropa como para amortizar el pago de la lavadora a plazos, o como para afrontar los gastos de luz y agua que supone su uso ¡incluso puede que no llegues a llenar el bombo de lavadora!

Por todo esto, las personas están pensando soluciones y alternativas a la lavadora con una frecuencia cada vez mayor. Si eres una de esas personas, te interesa este artículo ¡no te lo pierdas!

Inconvenientes principales de la lavadora.

A pesar de que tener una lavadora en casa es sinónimo de comodidad, también existen varios inconvenientes que es importante considerar antes de realizar una inversión.

Entre ellos, encontramos:

  1. Gastos de compra y mantenimiento.

El primer gran inconveniente es el gasto inicial que supone la compra de una lavadora. Aunque hay modelos económicos, los más eficientes y duraderos suelen tener precios bastante altos. Pero el gasto no acaba ahí; las lavadoras requieren mantenimiento constante y, con el tiempo, es posible que algunas piezas se desgasten o se rompan, lo que puede generar más gastos en reparaciones.

De hecho, como hemos mencionado al inicio, si la avería es grave, en la mayoría de casos arreglarla puede salir casi tan caro como comprar una nueva.

  1. Consumo de agua y electricidad.

Otro problema que encontramos es el elevado consumo de agua y luz. Las lavadoras, (especialmente las de modelos más antiguos) tienden a utilizar grandes cantidades de ambos recursos.

Lo peor sin duda es que esta acción no solo repercute al medio ambiente, sino que, además, también provoca que nuestro gasto en factura de luz y agua aumente. Y es que, a pesar de que los modelos más modernos de lavadoras son cada vez más prácticos, el consumo sigue siendo un factor preocupante para aquellos que buscan alternativas más sostenibles.

  1. Espacio.

Si vives en un piso pequeño o compartes casa con otras personas, encontrar un lugar adecuado para colocar la lavadora puede ser todo un problema. Estos electrodomésticos suelen ocupar bastante espacio, y si a eso le sumas la necesidad de tener una zona para tender o secar la ropa, el problema empeora. Además, muchas veces se necesita un espacio con ventilación adecuada para evitar problemas de humedad o moho.

  1. Ruido y vibraciones.

A pesar de que los modelos más nuevos están diseñados para ser más silenciosos, lo cierto es que todas las lavadoras siguen siendo muy escandalosas (especialmente durante el centrifugado). Además, si vives en una casa pequeña, esto puede ser un gran problema ¡sobre todo para tus vecinos!

Las vibraciones, en particular, pueden ser un problema en pisos antiguos o mal insonorizados, ya que pueden causar incomodidad o molestias a otros habitantes del edificio.

  1. Mantenimiento de limpieza.

Es un hecho: la lavadora hay que limpiarla con bastante frecuencia para evitar malos olores y la acumulación de moho en los sellos o en el tambor. Limpiarla no es algo sencillo, y además para hacerlo tendremos que usar productos preparados para mantener el electrodoméstico en buen estado.

¡Vamos, que tendremos que gastar más dinero extra y tiempo para mantenerla en óptimo estado!

  1. Dependencia de la lavadora.

Una vez que te acostumbras a tener una lavadora en casa, se crea una cierta dependencia.

En caso de que se rompa, las rutinas se volverán un caos, y tendrás que recurrir a soluciones temporales como lavanderías o el lavado a mano (y admitámoslo, esto es un gasto de tiempo y dinero que no todo el mundo está dispuesto a afrontar).

Alternativas a la lavadora.

Ahora que ya conocemos las evidentes desventajas de tener una lavadora, es hora de centrarnos en las soluciones; conozcamos las alternativas más populares para dejar de depender de una lavadora:

  • Lavanderías.

Una de las alternativas más tradicionales es acudir a una lavandería autoservicio.

Según nos explica Lavatur, este tipo de establecimientos están equipados con lavadoras y secadoras industriales que te permiten lavar grandes cantidades de ropa en menos tiempo. Es una opción muy recomendable para personas que no quieren tener una lavadora en casa, o para aquellos que no disponen del suficiente espacio en casa para tener una. Además, te evitas los gastos de electricidad, agua y mantenimiento que supone tener una lavadora propia.

Otro aspecto positivo de las lavanderías es que te permiten lavar ropa de gran tamaño, como edredones o cortinas, que a menudo son difíciles de lavar en una máquina doméstica. Asimismo, muchas lavanderías modernas ofrecen servicio de planchado o limpieza de prendas delicadas ¡Podrás hacer de todo!

  • Lavadoras portátiles.

Si te falta espacio o no quieres hacer una gran inversión, una lavadora portátil puede ser una excelente alternativa. Estas mini lavadoras son compactas, ligeras y mucho más baratas que las lavadoras tradicionales. Además, podrás disponer de modelos eléctricos y manuales, lo que te da la opción de elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.

Las lavadoras portátiles eléctricas suelen conectarse al grifo y utilizan menos agua y electricidad que las lavadoras convencionales, lo cual las hace mucho más sostenibles.

Y para aquellos que prefieren un enfoque aún más ecológico, existe la opción de los modelos manuales, que no requieren electricidad y son perfectos para lavar pequeñas cantidades de ropa. Funcionan mediante un sistema de rotación que permite lavar las prendas con muy poco esfuerzo; aunque no son ideales para cargas grandes, son una opción perfecta para quienes viven solos o tienen un uso reducido.

  • Lavado a mano.

El lavado a mano es una de las opciones más antiguas y ecológicas a la lavadora. Aunque requiere un poco más de esfuerzo físico, puede ser muy eficiente si se hace correctamente. Hoy en día, existen muchos productos y herramientas que facilitan el lavado a mano, como los cepillos especiales para ropa, los jabones ecológicos y los rodillos manuales, que permiten escurrir la ropa sin necesidad de retorcerla a mano.

De hecho, este método es especialmente útil para lavar ropa delicada o prendas que no deben ser sometidas a los movimientos bruscos de una lavadora.

  • Lavadoras ecológicas.

Para quienes buscan una opción más sostenible, existen lavadoras ecológicas que funcionan con sistemas de pedal o de manivela. Estas máquinas no requieren electricidad, ya que funcionan mediante un sistema de rotación manual que limpia la ropa de forma perfectamente, utilizando poca agua y detergente.

Otra opción son las lavadoras que permiten reutilizar el agua de cada lavado. Estos dispositivos cuentan con un sistema de filtrado que permite reciclar el agua utilizada para lavados posteriores, reduciendo así el consumo total de agua.

Aunque estas lavadoras suelen ser más caras, representan una inversión a largo plazo para quienes buscan minimizar su huella ecológica ¡así que son una gran opción!

  • Lavanderías con recogida a domicilio.

Las lavanderías con servicio de recogida y entrega a domicilio son una opción cada vez más demandada, sobre todo en las grandes ciudades y capitales.

Se encargan de recoger tu ropa sucia, lavarla y entregarla limpia en la puerta de tu casa. Lógicamente, es un servicio más caro que la lavandería, pero puede ser la mejor solución para quienes tienen poco tiempo, o para aquellos que simplemente prefieren delegar esta tarea.

En su servicio también encontraremos opciones de limpieza para prendas especiales o delicadas que no se pueden lavar fácilmente en casa. Además, algunas de estas lavanderías utilizan productos ecológicos y prácticas sostenibles, por lo que también puedes elegir una opción más respetuosa con el medio ambiente.

  • Lavadoras comunitarias en edificios.

Por último, una opción que es cada vez más popular, son las lavadoras comunitarias instaladas en edificios. Podemos verlas en series muy conocidas como “The Big Bang Theory”, en las cuales observamos que los protagonistas disponen de una zona común con lavadoras y secadoras en la cual lavan su ropa de forma conjunta.

Ese sistema elimina la necesidad de que cada hogar tenga su propia lavadora, y gracias a ello se reduce el consumo global de electricidad y agua, al mismo tiempo que se disminuye la huella de carbono.

Cabe destacar que estas zonas suelen funcionar mediante un sistema de reserva o pago por uso, permitiendo que cada usuario pague solo por el tiempo que realmente utiliza las máquinas.

¿Qué método te ha gustado más? ¿Los conocías? Seguramente a partir de ahora te pensarás dos veces si te renta tener una lavadora en casa o no ¡y lo mejor es que tendrás opciones y alternativas para poder seguir lavando tu ropa!

Comparte el post:

Entradas relacionadas

La pesca como deporte

Algunas actividades lúdicas y de ocio consideradas como deporte, a muchos no se lo parece. Si la actividad no implica